Nube de tinta ♣ 297 páginas.
Tapa blanda con solapas ♣ 14’95 €.
Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve, que le ha roto el corazón. Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique la maldición de las Katherine, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.
«A la mañana siguiente de que se graduara en el
instituto y por decimonovena vez lo dejara una chica llamada Katherine, el
famoso niño prodigio Colin Singleton se dio un baño».
El teorema Katherine es la segunda novela publicada por John Green,
en el orden cronológico que empezó desde la publicación de su primera novela;
son historias diferentes entre sí, cada una narrando un tema diferente que
logra atrapar entre las páginas. En este caso, se nos presenta una historia
simple y algo monótona con una narrativa simple y algo aburrida, un elenco de
personajes algo desdibujados y una ambientación poco convincente.
John Green nos vende este libro como si de un roadtrip se tratara, pero apenas podemos
apreciarlo, ya que no nos adentramos en todo momento en un ambiente de
carretera, semejante todo el rato y sin nada destacable; por lo que, en mi
opinión, la obra resta unos pocos puntos debido a haber sido vendido de esta
manera. Aun así, la historia que nos encontramos no demuestra dificultad al
haber sido escrita, ya que es sumamente sencilla y siempre nos encontramos con
los mismos personajes, situaciones parecidas y momentos matemáticos o flashbacks que nos resultará algo pesados
monótonos, ya que estos últimos suelen repetirse bastante.
En la historia, la sencilla y humorística narrativa
del autor resalta; sí es cierto que se nos podrá presentar un estilo más diferente,
haciéndose algo repetitivo y cansado —aunque, desde mi punto de vista, nos
sucede lo ya dicho porque no está narrado por el protagonista, el cual nos
podría transmitir más cercanía—. Una mezcla de diálogos divertidos,
amenazantes, curiosos y aturdidos, con una descripción sin demasiada carga y
con poca fluidez.
Al no estar narrada desde el punto de vista del
protagonista, en mi opinión, los personajes se nos presentan desdibujados, sin
los suficientes datos que pudieran evitar una confusión y apenas algo cercanos.
Aunque sí es cierto que en el elenco alguno destaca por ser más protagonista y
estar más en el centro de atención, aun así no consigue captar nuestra atención
y hacernos sentir algo hacia ellos, tan solo un sentimiento pequeño de
decepción.
Los escenarios que John Green describe apenas tienen
demasiado detalle, por lo que, aunque podamos sumergirnos en él e imaginarnos
bien la historia, como si estuviésemos dentro, éstas se ven algo vacías.
El inicio que guarda El teorema Katherine entre sus páginas nos adentra poco a poco en
la aventura que está a punto de desencadenarse: datos irrelevantes, otros
divertidos, números volados que resultan sobrecargados y que apenas son
interesantes… aun así, la historia mantiene un ritmo constante. Aunque a mitad
del libro el ritmo decae debido a la poca aparición de nuevos sucesos
interesantes y de repetirse siempre lo mismo, vamos llegando a un final en el
que acabaremos satisfechos pese a saber de antelación qué sucedería.
El segundo libro de John Green, El teorema Katherine, no es ni de lejos el mejor de todos: tienen
un ritmo pausado, una historia sencilla y monótona, una narrativa algo pesada,
unos personajes desdibujados, una ambientación con falta de algo que la
complete. Una lectura recomendable para los amantes de las matemáticas, de las
historias raras pero con toques de humor y con las que se aprende en cada
página algo nuevo, sea de un personaje famoso o de un idioma.
“John Green nos logra confundir con el gran teorema que el protagonista
debe de resolver, el cual se entremezcla con palabras sencillas y que es protagonista
de una historia simple”.
Todavía no me he leído este libro pero le tengo unas ganas terribles!!! A ver si dentro de poco me pongo con él:)
ResponderEliminarPues a mí este libro me encantó, me gustó muuucho más que Ciudades de papel y me reí muchísimo. Supongo que para gustos los colores.
ResponderEliminarUn beso. ♥
¡Hola! Yo no sé si se debió a que era el cuarto que leía de John Green y se me hizo pesado porque todos son parecidos, o a lo que tú dices, que es monótono. Es una pena, porque su manera de escribir es muy buena. El principal problema que yo le encuentro es que Lindsey, Alaska y Margo son iguales. Lo mismo podríamos decir de Miles, Quentin y Colin y de Ben, Chip y Hassan.
ResponderEliminar¡Un beso! Meri
Hola^^
ResponderEliminarEs mi actual lectura y bueno, no está mal. Aprendes cosas gracias a Colin, pero entre que no me hace reír mucho y que noto que a la historia le falta algo....no pasa de ser un libro entretenido, y obviamente, con grandes frases dignas de John Green.
besos!
Este es del que menos reseñas he leído, pero sigue pintando bien
ResponderEliminarigual me fío de ti :)
un beesito