Gracias a la editorial por el ejemplar.
La música de los prodigios. | Costa Alcalá. | Nocturna Ediciones.
La magia existe. Aunque nadie la llama así: la llaman prodigios. Para que suceda un prodigio alguien tiene que pedirlo y esperar a que los dioses, sean cuales sean, respondan. A veces los prodigios ayudan. Otras tienen consecuencias espeluznantes, como terremotos, plagas y bestias monstruosas. Desde que la Inquisición los prohibió en Europa, pasaron a convertirse en meras leyendas. Pero todo cambia con el desembarco en el Nuevo Mundo… A principios del siglo XVIII, las colonias británicas bullen de actividad: hay cazatesoros, inquisidores y nativos, y los monstruos campan a sus anchas. Allí es a donde envían a las hermanas Woodcombe: Olive, fascinada por todo lo que encuentra, y Hester, obsesionada con una melodía que puede salvar o condenar todo lo que ama.
Libre de spoilers
«Me temo que la miseria es algo inherente a la humanidad. Está en nuestra naturaleza. Sin embargo, aquí puedo luchar contra ella de algún modo».
★★★★½ (4'5/5)
La música de los prodigios es la nueva publicación del tándem literario formado por Geòrgia Costa y Fernando Alcalá. Después del mundo de fantasía y steampunk creado en La segunda revolución y la mezcla exitosa de dos clásicos radicalmente opuestos en Buenas hermanas, los autores sumergen al lector en un universo ya conocido, pero reinterpretado; un mundo de lo más peligroso, con bestias encantadoras y dificultosas, y dos hermanas que podrían cambiar el rumbo de todo. Grosso modo, esta historia contiene todo lo que estás buscando: un argumento con un gancho asombroso, un mundo tejido con perspicacia y atención, un estilo narrativo dinámico y un elenco de personajes rico y cautivador.
El punto de partida es la arribada de Olive Woodcombe al Nuevo Mundo, donde se reencuentra con su hermana Hester tras el fallecimiento de su marido. Allí, Olive pasará unos días, dado que está demorándose en conocer a su futuro marido. Sin embargo, está en un lugar donde los peligros acechan, y no son solo las bestias tan temibles que andan sueltas, sino cualquier persona en los alrededores. Condenada Hester por herejía, las hermanas han de huir; cada una sigue su transcurso: la mayor recordando sucesos pasados con Hernán, ahora encarcelado, y la menor en compañía de Maai, totalmente desconocida para Olive. Las hermanas conocerán los prodigios y, sobre todo, esa música tan deleitante que podría traer buenos acontecimientos o, por el contrario, terribles catástrofes.
Con esta nueva publicación de la mano de Nocturna Ediciones, Costa Alcalá se reafirma como un tándem al que hay que seguir muy de cerca. De modo paulatino, zambullen al lector en un argumento que se va desarrollando con un ritmo idóneo, presentando lo más característico del mundo en pequeñas pinceladas para no provocar el atosigamiento. Sí es cierto que el inicio es introductorio, pero eso no impide que la novela se disfrute; conforme se adquiere el dinamismo, las páginas van pasando por sí solas y el lector se siente partícipe de la historia, por muchos peligros que albergue. En casi setecientas páginas, los autores perfilan una historia muy original, en la que la familia, la amistad y el romance son algunos de los pilares fundamentales; asimismo, la fantasía resulta novedosa, con un arduo trabajo a las espaldas de los autores, exhibiendo que su imaginación no entiende de límites. La música de los prodigios es una muy buena novela, donde hay guerra, hay traiciones, hay caídas, hay empoderamiento y hay una magia especial... Está todo expuesto correctamente, y a pesar de que el libro pueda manifestarse tocho, para nada es así: el ritmo provoca que las páginas se lean con gran dinamismo, y todo se desarrolle en su justa medida.
Uno de los fuertes de Costa Alcalá es la creación de personajes. En esta ocasión, Olive Woodcombe es la indiscutible protagonista de la historia. Es un personaje lleno de matices que ha sido creado con muchísimo interés; el lector percibe una indudable evolución en ella durante el transcurso de la historia, exhibiendo una profundidad repleta de valores. Por otra parte, la deuteragonista es Hester. Al inicio, se percibe fría y el lector no llega a encajar bien del todo con ella; sin embargo, el desarrollo de la novela permite que haya una buena caracterización en ella, tornándose en un personaje carismático, valiente y mágico. Las hermanas protagonistas deleitan con sus ingeniosas intervenciones y con su asombrosa y justificada evolución. El elenco de personajes imprescindibles lo completa Hernán, cuyo tormento es interminable, y cuya trama es de lo más llamativo de la historia. Sin lugar a dudas, es un personaje de lo más completo. La música de los prodigios presenta otros personajes intrigantes, pero con matices menores: Maai, que resulta intrigante desde su primera intervención; Ida, perfectamente humanizada, o bien Ambrose, un personaje creado con muchísima inteligencia y que es capaz de despertar los sentimientos del lector. No hay lugar a dudas: el elenco es rico en variedad y en funciones, y la labor de investigación tan exhausta produce que sean unos personajes bien enmarcados en el contexto de la historia, y también diferenciados con el resto de los ya conocidos en otras novelas de los autores.
La música de los prodigios es un punto de inflexión en el estilo narrativo de Costa Alcalá. En esta historia, se les ve más sueltos, con una narración más sencilla. Lo más destacable es, sin duda, la parte descriptiva. Es minuciosa, pero sin llegar a empalagar al lector, por lo que sabe entretenerlo durante rato. Además, la sencillez con la que se narra todo provoca que haya un ritmo ágil, y que la novela no resulte tediosa en ningún momento. Hay giros en la historia que logran que el lector esté atento y quede prendido a la historia, que disfrute de la historia tan compleja y seductora que han creado. Por otra parte, sobresalen los diálogos, imprescindibles para que el lector pueda conocer las voces diferenciadas de cada uno de los personajes. Juegan con las intervenciones chisposas y más románticas, con los tratamientos de cortesía de la época o bien introducen información relevante que son un añadido interesante para la historia. También se ha de hablar del mundo creado por los autores. Si bien es cierto que es un universo conocido, dado que la historia se ambienta en América, los autores han sabido darle un toque especial que la hace innovadora y, sobre todo, atractiva. Es un universo de lo más peligroso, ya que en él acechan criaturas singulares, y la guerra es frecuente. Hay una muy buena labor de investigación detrás, y esa mezcla de lo histórico ya conocido con la cosecha propia es lo que hace que La música de los prodigios sea un título trepidante, con un mundo apoteósico y creado con mucho entusiasmo.
Con La música de los prodigios, Costa Alcalá se reafirman como autores imprescindibles en nuestro panorama literario nacional. La novela introduce tramas de amor, de familia, de traición, de autodescubrimiento, de guerra y de magia de un modo majestuoso; la amalgama resulta de lo más elocuente y perfecta, y esa diversidad provoca que haya un interés constante por parte del lector. Además de una trama original, hay un elenco impecable y rico. Los personajes más principales funcionan a la perfección, marcando la diferencia con el resto de protagonistas creados por los autores; están humanizados, son cercanos al lector y resultan de lo más coherentes en relación con el contexto histórico. No solo son maravillosos los más representativos, sino que Costa Alcalá esconde verdaderos prodigios en los personajes secundarios, prestando especial atención en cada uno de ellos para que resulten llamativos y también singulares. Cabe destacar la narración: es un estilo más libre que denota sencillez, dinamismo y una muy buena conexión entre las dos mentes pensantes. Con dicha pluma, dan forma a un mundo insólito que no entiende de límites, arriesgando en la creación de unas criaturas cautivadoras y un sistema de mágica llamativo. Es evidente que La música de los prodigios es un punto de inflexión en la carrera artística del tándem literario, ya no solo por la cuidada y elaborada edición que reúne ilustraciones de Inma Moya, o la sugerente portada; no se habla de lo artístico, sino de lo bien narrada que está la obra, lo bien expuesto que está el universo creado, los matizados perfiles de los personajes y lo original, frenético y cautivador del argumento. Si buscas criaturas fantásticas, unas hermanas que casen a la perfección, y un toque innovador en cualquier catálogo editorial, La música de los prodigios es tu apuesta más segura. Costa Alcalá nunca defrauda.