Al final de la calle 118 — Clara Cortés.

Agradecimientos a la editorial por el ejemplar.

Al final de la calle 118 ♦ Clara Cortés.

Plataforma neo. ♦ 348 páginas.

Tapa blanda con solapas ♦ 16’90.

                       

Vivir al final de la calle 118 no es fácil.

      La madre de Valeria y Raven las abandonó hace años sin dar explicaciones y ambas han tenido que aprender a ganarse la vida. Mientras Valeria tiene un insignificante trabajo como modelo, su hermana patea la ciudad en busca de hombres a los que seducir para pagar el alquiler a cambio de sus servicios. Valeria pensaba que todo seguiría así para siempre… hasta que escucha la música de aquel chico al final de la calle, junto a su casa, y sus miradas se cruzan.

      Desde ese momento, una serie de curiosas coincidencias llevará a los personajes de esta novela a cambiar sus vidas como nunca se hubieran imaginado.

Web de la autora. || Dónde comprarlo. || Más información.

«Ahora entiendo el vómito, las lágrimas y su desnudez. La puerta abierta que ha debido de dejar ese hijo de puta al irse sin molestarse en mirar atrás ni un momento. La ha engañado, forzado y después ha acabado por romper las alas de mi hermana, partiéndolas en dos e incapacitándola para volver a volar. Ella se ha rebozado en el barro y ahora no le queda ni una sola pluma.

El cuervo blanco ha caído.

—Ce n’est pas la vie, Valeria».

     No es que la vida de Valeria sea una gran felicidad absoluta, aunque lo intente; su madre desapareció cuando fue a comprar tabaco, no hay rastro de su padre y con estos sucesos, como si no fuera suficiente, su hermana se metió en la prostitución para conseguir seguir adelante. La joven desea ser modelo, aunque a veces tenga que rechazar el trabajo por su hermana, por no fiarse de ella, por querer protegerla; pero su relación y sus vidas cambiarán cuando Simon, el joven guitarrista que se esconde detrás de unas gafas de pasta, aparezca con su melodía; entonces, la vida de las hermanas, Valeria y Raven, cambiará de la única manera que no se esperan.

     Clara Cortés se alza con la victoria de la tercera edición del ya conocido certamen literario organizado por Plataforma Editorial y La Caixa, donde anteriormente ganaron Laia Soler y Andrea Tomé con sus historias realistas; tras leer muchos manuscritos, juzgarlos minuciosamente y descartar aquellos que no veían una buena publicación, esta madrileña de dieciocho años logra deleitar con su primera novela: Al final de la calle 118, anteriormente nombrada como Valeria y la cual dejó en segundo lugar a la historia de Alba Quintas: La chica del león negro. Llevándonos a temas diferentes como la prostitución, el abandono o el valerse por sí mismo, Cortés muestra un punto de vista con fuerza y con seguridad, con madurez en los pensamientos y que, poco a poco, va desenvolviendo una historia con retazos del pasado que nos zambulle del tirón en una montaña rusa llena de sentimientos, de subidas y bajadas en el ritmo y de giros sorprendentes en la trama.

      Nunca antes había leído algo como esta historia: sin tapujos, con los temas perfectamente llevados, bien desarrollados y originales… realmente, pese a que en algunos aspectos de la trama decaiga en el ritmo, Al final de la calle 118 es un título digno de haber sido galardonado; la trama principal nos lleva a un aspecto algo tópico —hermanas huérfanas que deben valerse por sí mismas— pero que poco a poco se va desenvolviendo de una manera correcta y dulce que logra mantener al lector en vilo pese a que apenas haya una acción por la que ponerse alerta, pero sí un pequeño cambio notable que va llegando poco a poco y que, al menos a mí, me convenció bastante. Siguiendo la línea de otras obras realistas que consiguen calar profundo, esta publicación de Neo logra brillar por sí sola y sorprender: narrando una historia de ¿superación? ¿relación?, encontramos tintes de una relación que se va entrelazando, una amistad que fluye fácilmente y llevada en buen camino, al igual que la metamorfosis de la relación entre hermanas, puesto que poco a poco vamos cómo evoluciona; si pudiera definir el libro en dos palabras —puesto que con una sólo no podría— sería «realista» y «crudo» debido a las situaciones a las que se someten los personajes y por todos los pensamientos y circunstancias que se aprecian. El diferente elenco que se nos muestra está perfectamente trabajado y pulido, con sus buenos perfiles de los que se pueden destacar la osadía, el empeño, los restos que se quedan tras una tragedia, la facilidad de adentrarse en una relación de amistad… como se ve, éstos son diferentes entre sí y muestran caracteres reales y profundizados con los que podríamos llegar a sentirnos identificados. Aunque es cierto que destacan más bien los que más perfilados están y más fácil de sentir cercano, los personajes secundarios logran sorprender por el papel que desempeñan en la trama y porque, siendo que aparecen en pocas ocasiones que se pueden contar, tienen buenos perfiles y también pueden gustar por cómo es su comportamiento o su función; en general, Cortés crea un elenco variopinto que no deja indiferente a nadie y que poco a poco van cambiando como si se trataran de una  futura mariposa en plena metamorfosis.

       Al final de la calle 118 es sólo el primer libro de la autora —que seguramente tenga otros proyectos empezados u otros acabados pero que se han quedado ahí, en el cajón— y podemos ver, gracias a su narrativa, un gran empeño y una fuerte manera de narrar: teniendo una voz narradora con ideas claras y que sabe someterse perfectamente a cada situación con la que se encuentra, nos habla con una manera directa, sin tapujos, dulce y elegante que, sin duda, no deja de sorprender por su cercanía y su brillo especial que alumbra por sí solo gracias a sus giros inesperados que, en ocasiones, resultan interesantes y especiales. Clara Cortés narra todo con atención, sin perder ningún detalle del ambiente para así reflejarlo en la historia —se hable del clima o sobre qué ve en la lejanía— sin hacerse nada pesado ni sobrecargado, haciendo que podamos ver todo en nuestra memoria con facilidad y sin mucho esfuerzo; aparte, crea una abundancia de diálogos que, aunque no aportan mucho ritmo a la lectura, puesto que tiene bastantes altibajos, resultan acogedores, entretenidos y apenas pesados, que aportan mucha información en la historia para no sentirnos perdidos, que dan toques metafóricos y especiales y que, a mi parecer, añaden un bonus bueno a la historia puesto que logran convencer y resultar, como bien he dicho, especiales. La ambientación que se nos presenta en la novela no está bien definida pero, por toques visibles que muestra la autora, se puede imaginar dónde nos encontramos —a mi parecer, Francia es el escenario principal—; nos sentimos zambullidos en ella como alguien más y recorremos todos los escenarios con facilidad, viendo lo sencillos que son y lo completos que aparecen en nuestra mente cuando los imaginamos.

      Las portadas que siempre presentan la editorial Neo suelen ser mágicas y hermosas y, con Al final de la calle 118, vuelve a suceder lo mismo: una portada que tiene sentido en la historia, con una imagen trabajada y delicada y una tipografía como rótulo maravillosa; además, en su interior encontramos una letra legible y fácil de seguir, sin detalles a mostrar pero con una elegancia en los inicios de capítulo, mostrando un título en cursiva elegante.

      La ganadora del tercer certamen literario de Neo, Clara Cortés, narra, sin duda, una historia sencilla pero con un trasfondo enorme que satisface en todo momento, mostrando los personajes tan perfilados e interesantes que se crean y que se enfrentan a todas las situaciones que se les presentan, afrontándolas con sentimientos correctos e ideas valientes.  Siguiendo en la línea de los gustos, si hay algo que debo de destacar que no ha logrado convencerme ha sido el ritmo tan irregular y con falta de acción que tarda en enganchar que se nos presenta, puesto que hasta la mitad no estuve totalmente atrapado en ella; además, algunas ocasiones me parecían poco reales y no terminaban de cuajarme, pero sí he disfrutado de la historia de principio a fin, con los guiños que se encontraban a novelas como Harry Potter y con sus escenas drásticas y tristes que lograban calar dentro, hacerme sentir.

      Al final de la calle 118 es la primera novela escrita por Clara Cortés y la cual ha sido galardonada con el primer premio al certamen organizado por Neo y La Caixa, siguiendo la línea de otras historias realistas: un argumento que resulta sencillo pero con un trasfondo enorme que trata temas como la prostitución o los problemas familiares, junto a unos perfiles de personajes cercanos, realistas, pulidos y que poco a poco van madurando, concebidos por un estilo directo, dulce y elegante que usa metáforas y sabe perfectamente cómo hacernos sentir con las palabras, llevándonos a un escenario que, aunque apenas se le da mucha importancia, resulta acogedor. Problemas familiares, una relación de amistad que se va formando poco a poco, una madurez que se recrea… miles de sorpresas esperan en las páginas de la primera novela de la joven madrileña que, sin duda, no dejará de sorprender en futuras obras.

“Con un estilo fresco, directo, cercano y absolutamente mágico, Clara Cortés nos atrapa en Al final de la calle 118 gracias a su argumento tan interesante y que nos hace sentir junto a unos personajes perfectamente perfilados y maravillosos. Cruda y real, la nueva apuesto del certamen literario de Plataforma Neo, no deja de sorprender por la madurez y los giros bruscos de la obra”.